El discurso de Humala

Más culebras que en el zoológico de Bombay:

Todos sabemos de las limitaciones de Ollanta como orador (creo que es peor aún que Fujimori), así que era esperable el suplicio que fue por momentos escucharlo durante dos horas.  No tiene idea del ritmo o la cadencia y se limita a leer, sin pausas, humor o gestos (por eso en Twitter le bautizaron como la película El discurso del rey).  El mensaje tuvo defectos de fondo que pasaremos a examinar, pero es indudable que la forma conspiró también para hacerlo sentir demasiado general y aburrido (en Twitter le reclamaban un programa social "Despierta Perú", porque a todos nos dio sueño).  En cambio, Cipriani estuvo mil veces mejor en su sermón matutino.  Se entendió perfectamente su reclamo de que el Estado respete los tratados internacionales (refiriéndose evidentemente al concordato con el Vaticano), su defensa de los derechos de la Iglesia sobre la PUCP, su llamado al orden en el país y sus críticas al intolerante "pensamiento único" caviar y la violencia ultra (por eso también en el Twitter bromeaban con que Cipriani dio el discurso político y Humala el sermón de las tres horas).

El discurso sonó demasiado cargado de promesas y le faltó más política y menos tecnocracia.  Como pronosticó con éxito Tapia, no se mencionó a Conga para nada (lo que tampoco fue bueno, porque no se puede cerrar los ojos ante la realidad).  Me preocupó esa propuesta absurda de abrir un debate constitucional para insertar una lírica declaración sobre el agua.  Tampoco me gustó aquello de meter más pacientes a un ya colapsado EsSalud ni eso de darle activismo empresarial a esa fábrica de problemas que es siempre Petroperú.  Y me inquietó mucho que se haya decidido enterrar la valiosa Carrera Pública Magisterial por una gaseosa reforma, donde mucho me temo que se va a terminar premiando por igual a maestros aplicados y a profesores flojos.  Sería nefasto que el mayor esfuerzo que se ha hecho en décadas por mejorar la calidad del profesorado quede diluido así.  ¿Y para qué duplicar funciones y burocracia con una superintendencia de Trabajo si ya existe el ministerio correspondiente?  

En cuanto a las promesas, me parece que las devaluó con tanto anuncio de programa social (otro tuit afirmaba que le faltó mencionar el programa de inclusión social "Embajada 55", donde "Mocha" y Lynch fueron los primeros pilotos) y no me pareció creíble que se anuncie que la pobreza se reducirá hasta el 15% para el 2016 (por eso otra frase genial en Twitter fue: "Hemos creado un programa donde pondremos todos los programas que estamos programando"). Mucho anuncio, pero pocas explicaciones de cómo se pagarían y cómo se implementarían, como por ejemplo el anuncio del positivo seguro oncológico general.

Un poco que el discurso por momentos me recordaba a ese vals criollo "Parlamanías" de Serafina Quinteros, que dice así: "Vamos al Congreso a hacer firuletes/una vida nueva vamos a empezar/Vamos a rajarnos hasta los juanetes/no defraudaremos la fe popular/Tenemos mil planes de todo tamaño/de todo calibre, de toda extensión/Gracias al rey mago, en estos seis años/vuelta de campana dará la nación/Haremos casas de ochenta pisos/ómnibus nuevos, más de cien mil/Vendrán expertos en logogrifos/y en el cultivo del perejil/Las carreteras correrán solas/buques y aviones en pelotón/y las corvinas, sobre las olas/nadarán solas con su limón/Serán vitalicios todos los empleos/con sueldo, propina, bonificación/y se harán escuelas para analfabetos/que hayan terminado segunda instrucción/Vacas y gallinas irán por las calles/dando leche y huevos a más y mejor/no habrá problemas internacionales/y a pan y manteles toda la nación/Y las corvinas, sobre las olas/nadarán solas con su limón".

Parafraseando la canción "Palabras, palabras, palabras", de la linda argentina Silvana Di Lorenzo, lo de ayer fue más o menos así: "Programas, programas, programas...No cambieees más, no cambieees más, no cambieees máaas...  ¡Tus caaaramelos yaaa no quiero más! ¡De rosas y violines en este discurso no quiero que me hables!  Programas, programas, programas. Programas, programas, programas... ¡Tan solo programas hay entre Ollanta y yo!".