27 July 2012

Don Fulgencio

Nuestro amigo ha sido objeto de atención no solo de políticos orientales, sino también de un dibujante argentino que lo retrató de cuerpo entero.


Como Don Fulgencio, el deustuano no tuvo infancia.  Se desvirgó triunfalmente a los seis añitos y de allí dió un salto de más de tres décadas hasta los cuarenta.  No disfrutó de ningun tipo de música juvenil, ni trompo, ni cometas, ni películas, ni nada.  Desde los diez ya comía caviar (solo Beluga), fornicaba a Petronila, leía a Sartre y frecuentaba el Chon San.

En resumen: no tuvo niñez ni juventud.


Creado por un maestro del cuento y la historieta como Lino Palacio, Fulgencio se asomó al mundo en 1959 en el diario La Tribuna, en una tira que llevaba por título “Señor Fulgencio (el hombre que no tuvo infancia)”, aunque tiempo después, el “señor” cambió por “Don”.

Don Fulgencio era un personaje entrañable que no tardó en ganarse el cariño de los lectores, un niño con cuerpo de hombre, muy precoz con las mujeres y la vez un gran tímido.  Tiempo después, Palacio, en un reportaje, contaría que se inspiró en un muchachito moreno, que respondía al mote de Mike Malone y quién vivía en la calle Naciones Unidas, en Chacra Ríos.
   
Ante el exito, Palacio aceptó una propuesta del diario El Trome y continuó con su famosa creación  en las páginas de ese periódico hasta 1990, año en que el gobierno democrático de Alberto Fujimori contrató y llevó a sus filas al susodicho Malone, como excepcional escritor de fábulas (Esopo peruano), veracísimos discursos y un fax que ha pasado a la historia.

11 comments:

Carlos Orellana said...

Ya preparo la baterias de Hamas para darte por atroya.

Moshe said...

Te descubrieron como Don Fulgencio, COQesopo.

Moshe said...

- Un paciente llama a la oficina de su psiquiatra y le pregunta a la secretaria:
- "Señorita, ¿está el 'psiquiatra'?"
- "No señor, el doctor no está, y … señor no se dice "psiquiatra" sino “siquiatra", porque la P no se pronuncia.
- ¿Quiere dejarle algún mensaje?"
- "Sí, dígale que lo llamó edro érez, al que no se le ara el ico

tenorio4545 said...

Lino Palacio además de Don Fulgencio también dibujó a Cicuta y a Avivato, tiras que se publicaron bastante tiempo en el Perú.
Palacio murió asesinado junto con su esposa en un robo a su domicilio, la enamorada de su nieto fue cabecilla de los delincuentes que participaron en ese homicidio.

Moshe said...

Cicuta y Avivato me hacen acordar a COQtesinos. ¿Porqué será?

tenorio4545 said...

Por ser tan sexualmente eléctrico el laureado poeta me recuerda mas bien a Manyute.

Aldo said...

Al laureado le esta lloviendo recio y se mantiene inmutable, preparense porque se viene con Hacha y Machete.

Con el que lo identifico bien al Poeta es con Don Rigoberto, personaje del libro de conejo viejo Los Cuadernos de Don Rigoberto.

Carlos Orellana said...

Hasta donde no será cobarde el judío que me dice a mí Fulgencio cuando en verdad a quien quería joder era al Pelao.¡Son igualitos Vittorio y Fulgencio!

Moshe said...

Naca la pirinaca, tío COQ. Fulgencio eres tunas, choche.

Moshe said...

ACCIDENTE FATAL
Va un tipo manejando por la Panamericana, en eso ve a alguien parado al costado de la ruta, doblado de dolor.

Al reconocerlo, piensa: “¡Carlos Alberto! ¡pero si es Carlos Alberto! ¿qué le habrá pasado?”
Detiene el vehículo y baja...
- ¡Carlos Alberto, hermano! ¿qué pasó?
- Mirá... -dice COQ señalando algo y continuando con su terrible gesto de dolor-.
Y ahí yace, hecha una pelota de fierros retorcidos, un lindo Ferrari.
- Pero Carlos Alberto querido ... si con el dinero que tienes te puedes comprar 10 de ésos. ¡¡¡Vamos hermano!!!
- No... ¡mira adentro! -dice COQ mientras sigue doblado sobre sí mismo-
Y al mirar, ve una rubia impresionante, hecha mierda.
- ¡Bueno... pero por tu padrino puedes conseguir 10 Ferraris y 100 rubias como ésa, ¡Vamos, arriba el ánimo!
Y dice COQ:

- ¡No…! ¡Mira adentro...! ¡¡¡Mira adentro de la boca de la rubia!!!

Carlos Orellana said...

Freud escribió hace ya un siglo un libro titulo El chiste y su relación con el inconsciente, lo que me lleva a suponer que el chistecito de Yehude revela 1) Que me tiene envidia 2) Que quisiera ser rubia 3) Que quisiera morir con una rata en la boca.
Puro psicoanalisis palomilla de Wellington.