6 February 2012

A pedido

Cumplo con el pedido del laureado peruano e incluyo los magistrales párrafos finales de "El amor en tiempos del cólera" de García Márquez.

Lo que es saber escribir.  !Viva la literatura!


Mientras él despachaba la ración de huevos, la bandeja de patacones, la jarra de café con leche, el buque salió de la bahía con las calderas sosegadas, se abrió paso en los caños a través de las colchas de tarulla, lotos fluviales de flores moradas y grandes hojas en forma de corazón, y volvió a las ciénagas.  El agua era tornasolada por el mundo de peces que flotaban de costado, muertos por la dinamita de los pescadores furtivos, y los pájaros de la tierra y del agua volaban en círculos sobre ellos con chillidos metálicos.

El viento del Caribe se metió por las ventanas con la bullaranga de los pájaros, y Fermina Daza sintió en la sangre los latidos desordenados de su libre albedrío.  A la derecha, turbio y parsimonioso, el estuario del río Grande de la Magdalena se explayaba hasta el otro lado del mundo.

Cuando ya no quedó nada que comer en los platos, el capitán se limpió los labios con la esquina del mantel, y habló en una jerga procaz que acabó de una vez con el prestigio del buen decir de los capitanes del río.  Pues no habló por ellos ni para nadie, sino tratando de ponerse de acuerdo con su propia rabia.  Su conclusión, al cabo de una ristra de improperios bárbaros, fue que no encontraba cómo salir del embrollo en que se había metido con la bandera del cólera.

Florentino Ariza lo escuchó sin pestañear. Luego miró por las ventanas el círculo completo del cuadrante de la rosa náutica, el horizonte nítido, el cielo de diciembre sin una sola nube, las aguas navegables hasta siempre, y dijo:
-Sigamos derecho, derecho, derecho, otra vez hasta La Dorada.

Fermina Daza se estremeció, porque reconoció la antigua voz iluminada por la gracia del Espíritu Santo, y miró al capitán: él era el destino. Pero el capitán no la vio, porque estaba anonadado por el tremendo poder de inspiración de Florentino Ariza.
-¿Lo dice en serio? -le preguntó.
-Desde que nací -dijo Florentino Ariza-, no he dicho una sola cosa que no sea en serio.

El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal.  Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.
-¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -le preguntó.

Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
-Toda la vida --dijo.

11 comments:

Carlos Orellana said...

"...el buque salió de la bahía con las calderas sosegadas, se abrió paso en los caños a través de las colchas de tarulla, lotos fluviales de flores moradas y grandes hojas en forma de corazón, y volvió a las ciénagas. El agua era tornasolada por el mundo de peces que flotaban de costado, muertos por la dinamita de los pescadores furtivos, y los pájaros de la tierra y del agua volaban en círculos sobre ellos con chillidos metálicos."
¡Qué descripción tan hermosa del trópico!

Moshe said...

Un laureado le echa flores a otro.

Moshe said...

Poeta, aparte de la presencia elusiva de Vittorio y el pastor bautista, nos hemos quedado solos en el blog.

Parece que a Joda Criolla le llegó la hora. Quizás haya que levantar la carpa y mudar el circo.

Carlos Orellana said...

Paciencia, judío: acúerdate de lo que tuvo que vagar Moises por el desierto y ni siquiera pudo ver la Tierra Prometida.

Mario Pablo said...

No jodan ciudadanos de Joda, aún quedan razones suficientes para no cerrar el kiosko, lo que ocurre es que Vitorio, Carlitros y demás socios están ajustando máquinas para seguir interviniendo, por mi parte seguiré comentando cada entrada porque es gratísimo compartir chismes con amigos entrañables. Aguante Pirincho y no apague la luz

Moshe said...

Mi intención es no cerrar la chingana, sino por el contrario mantenerla vivita y coleando lo mas que se pueda.

Que siga la joda.

Carlos Orellana said...

El Reverendo tiene razón: aquí estamos y si alguien se ausenta es por razones comprensibles. Pensemos más bien en jalar más gente, no tiremos la toalla. Yo no prometo (porque si no después Yehude va a estsr jode y jode), pero a mi regreso del viaje a Orlando con mi hija menor y la patrona, voy a hacer algo para que seamos más. (Hoy no somos muchos, pero somos machos).

Carlos Orellana said...

"...el buque salió de la bahía con las calderas sosegadas, se abrió paso en los caños a través de las colchas de tarulla, lotos fluviales de flores moradas y grandes hojas en forma de corazón, y volvió a las ciénagas"
Voy a cometer una blasfemia, solo pensando en que el genial GGM escribía a raudales y ya no tenía tiempo para corregir:
"...el buque salió de la bahía con las calderas sosegadas, y antes de volver a las ciénagas, se abrió paso en los caños a través de las colchas de tarulla, lotos fluviales de flores moradas y grandes hojas en forma de corazón."
Así me parece que quedaría mejor y no se cortaría el ritmo.

Aldo said...

Querido Manolo, no arrugues a estas alturas del partido, sin pecar de demasiado optimista, me veo compartiendo con ustedes en este huarique por veinte años mas, o hasta que el cuerpo aguante.

No es excusa, pero cuando las aguas vuelvan al remanso, prometo estar mas activo.

Moshe said...

Sigamos con la joda hasta que el cuerpo y la memoria aguanten. No menciono la pifinga de MelCOQchita, que es eterna como las pirámides.

Moshe said...

Exacto, poeta. Es mejor que no prometas nada, porque la historia de tus incumplimientos es mas larga que la condena que le van a meter a tu padrino.