En 1826 Schubert presentó la sinfonía a la Gesellschaft der Musikfreunde. La sociedad la rechazó y quedó olvidada hasta que en 1838 Robert Schumann encontró un manuscrito en casa del hermano del compositor, Ferdinand Schubert, en Viena. De regreso a Leipzig, hizo que la obra fuera interpretada por Mendelssohn, representación que fue alabada por el Neue Zeitschrift.
Acerca de su numeración existe controversia, ya que en países germánicos se enumera como la séptima sinfonía, versiones del catálogo de Otto Erich Deutsch la listan como la octava, y en países de habla inglesa se cita como la novena.
La pieza dura unos 55 minutos y está dividida en cuatro movimientos:
- Andante - Allegro ma non troppo
- Andante con moto
- Scherzo. Allegro vivace
- Finale. Allegro vivace
5 comments:
Como la democracia que tu quieres es el mejor de los males no te quejes de los males que se avecinan y de os que será testigo tu necia vejez conservadora. Estás viejo del espíritu, yo no.
Aplausos para Beethoven, carajo, que estoy seguro discreparía con el judío trapacero.
¿Como se sentirían Beethoven y Schubert al lado de Carita y Tirifilo?
Se sentirían deshonrados ante semejante companía. Entre chaveteros de pacotilla, los maestros saldrían corriendo.
Beethoven, genio de genios. Esa Missa solemnis es una verdadera joya. Escucharla en concierto una experiencia obligatoria antes de irse de este mundo.
Recomiendo una película (documental): In search of Beethoven.
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