14 March 2012

Los Tres Chiflados

El laureado rey de las chapas le ha clavado el mote de Moe al pastor, a quien cariñosamente dedica esta nota.


Los Tres Chiflados (The Three Stooges) fue un grupo cómico norteamericano, activo entre 1922 y 1970.  Sus integrantes eran conocidos por sus apodos, Moe, Larry y Curly, y se hicieron famosos por su humor basado en la violencia física y juego verbal.


Filmaron 190 cortos de cine y televisión para Columbia Pictures desde 1934.

Su larga carrera (cuarenta y ocho años) se debió no solo a su popularidad, sino a que, por disposiciones contractuales, los Tres Chiflados no eran propietarios de su obra sino empleados a sueldo.  Esto los obligó a seguir actuando hasta que enfermedades, la vejez o la muerte los alejaron del cine.

11 comments:

Carlos Orellana said...

Llegó de NY y desapareció en la jungla urbana de Lima el patriótico Dr. Moe Chapla. Qué buenas, vacaciones, carajo. Enhorabuena. Por el entusiasmo que con que hablaba de la ciudad que nunca duerme (al igual que París)al parecer primera vez que visitaba el lugar. El reverendo ha sido más de estancias europeas y, lo recuerdo allá por el 2003 o 2004 explicitándome sus preferencias por el Viejo Mundo. Pero finalmente NY lo venció. Maravillosa urbe, incomparable, para mí el lugar en el que me gustaría pasar la mayor parte de mi tiempo. Felizmente he visitado NY incontables veces y me muevo por la parte central de la Gran Manzana como en Chacra Ríos; son los barrios ajenos a Manhatan los que no conozco sino de pasada, cosa que subsanaré en el futuro. ¿Fue a Chinatown, Moe, o quiso pasar solapa?

Carlos Orellana said...

Se extraña también al querido Vittorio, alias "cabeza de bola de palanca de cambios". Ojalá pueda tener un tiempito para los amigos. El enderezador de cuernos, el Jim Carrey de miniatura tendría que poner un poco más de salsa brava para atraerlo. Vittorio bien vale una misa.

Mario Pablo said...

Suscribo cada palabra de mi coche, nuestro choche, COQsin, NY es la más linda y acogedora ciudad que conozco, tuve la suerte de caer en un hotel que estaba a dos cuadras de Central Park, de modo que podía ir y venir donde me plazca; ha sido mi primera visita a la Gran Manzana, pero sentí ya conocerla por las tantas veces que he visto La Ley y el Orden, CSI NY, películas y programas de TV mil, como la que protagonizaba Jhonny Stacatto, y leído novelas que la toman como escenario. La sentí igual a la urbe de mi imaginación, sus ciudadanos la han preservado, han cuidado su magnífico estilo y clase, no han cometido la torpeza de modernizarla de cualquier manera, su señorío y prestancia sigue presente y seguirá así, estoy seguro, por los siglos de los siglos. Como visité cortes judiciales y fiscalías pude recorrer algo del Bronx y de Queens, no son tan espectaculares como Manhattan pero tienen sus cosas, en estos barrios lo interesante no es tanto la arquitectura sino su gente, nuestros pais, hispanos de todo el mundo, ¿sabían que la colonia mayoritaria desde 1933 entre los hispanos es la dominicana?, recién por un periódico me enteré, yo creía que era la portorra. Algo final, visité el Madison Square Garden, hubo un partido de básket, es increíble tomar nota que las calles no colapsan pese a que esta enclavado en el mismo centro de la ciudad, también, no podía ser de otra manera pues soy devoto del beisbol, de Babe Ruth, Di Magio y otros, llegué al Yankee Stadium. Qué más puedo pedir, devotos de la joda, ahora recargado vuelvo a mis expedientes y casos, para poner en práctica lo que he aprendido de los bogas newyorkinos, sin dejar de mencionar que aquí no somos menos, cuando uno se prepara bien

Carlos Orellana said...

!Carajo, qué tal leche caer en un hotel a dos cuadras del Central Park, una sucursal de paraíso¡ Dáme el nombre del hotel, reverendo. Eso quiere decir que todas las mañanas libres se iba a caminar usted con la patrona por esos verdes maravillosos, se sentaba a ver pasar a gente distendida, relajada, gente de la más diversa, mientras escuchaba usted a las cornejas o cuervos, sentía ese frío riquísimo olfateando las narices, mientras pensaba que la felicidad está muy lejos de Lima. Qué carajo. Luego, pienso, usted buscaba un hot dog de carretilla, un maravilloso frankfurter y se iba caminando, enchuchado hacia el hotel donde lo esperaba un desayuno completo. Lo envidio carajo porque yo tuve que sacar a mi hija a Orlando (y visitar a mi otra hija también y a mis nietos). Me habría gustado estar en NY y volver a pasear por Manhattan antes del almuerzo, por la noche por Times Square y no dejar de visitar un par de restaurantes étnicos. Ultimamente me ha dado por la picante, sazonada y pesada comida coreana.

Mario Pablo said...

Coqsin, en el mensaje anterior me equivoqué al indicar que el Hotel donde me alojé está a dos cuadras del Central Park, debí decir Grand Central Station, gracias a esto puede desplazarme al toque a cualquier lugar de NY tomando el subway, incluido Central Park que, como dices y conoces, relaja, invirtiend apenas cinco minutos ya estaba en sus bancas y caminitos gozando con la patrona. El hotel donde recalé, limpio y cómodo, ubicado en el mismísimo centro de Manhattan, es el Bedford 118 East 40th. Cuanto tengas en mente volver a visitar NY avisa para coordinar y ver si podemos viajar juntos a un precio bobo porque el programa que tengo en Orlando me permite recorrer viajar a cualquier estado de USA y alojarme con un máximo de tres o cinco personas más

Carlos Orellana said...

Carajo, mi vida siempre será misteriosa, creo que tengo ciertas inexplicables dotes paramentales. Ahora me dice el reverendo que se equivocó de hotel y lugar y que en realidad ha estado alojado en el Bedford Hotel, que yo conozco de pasache. La zona es interesante y yo me he alejado más de una vez cerca de allí, en el Roosevelt Hotel. Lo curioso, sin embargo, es que al final de mi anterior comentario yo le digo a Moe que me hubiera gustado estar en NY e ir a comer comida étnica, que ando antojado de comida coreana. Pues bien, a unos minutos de...Korea Town. Ya varias veces me ha pasado algo similar con Yehude "enderezador de cuernos" Pederewski. A propósito vuelvo a repetirle (no es broma) que se cuide de las escaleras.

Carlos Orellana said...

El Bedford está a unos pasos de Korea Town, de la parrilla coreana, del bulgogi y del kimchi.

Moshe said...

Sorprendente como a un gourmet le puede gustar la comida coreana, aspera y simplona.

El mismo aedo que despotrica del imperio, se muere por NYC. Lavida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Por comida en NYC hay muchisimo por visitar. Desde los mejores bagels (de la colonia, por supuesto), hasta Le Cirque y Brandy Library (paraiso!)

http://brandylibrary.com/sections2007/home.htm
Provecho reverendo. Se le da la bienvenida y se insta al otrora alegre Vittorio a que meta pluma.

Carlos Orellana said...

Bagels solo con queso filadelfia y muy de vez en cuando; pan muy harinoso y soso. En NY le venden a uno también esos horribles pretzel que son alemanes, pero que gustan tanto a los pringosos polacos. Fuchi con los pretzels.
Mi querido Enderezador de cuernos, estimado Chuparrata: como la vietnamita, la comida coreana no es gran cosa, pero algún encanto tiene por lo fuertemente sazonado y porque en el concierto de la región del Sudeste asiático sus sabores son bastante originales. Hay que decir también que los años de ocupación japonesa les ha permitido una cierta interesante fusión. Tienen unos empañizados llamados dongkatsu que no son otra cosa que una vuelta de tuerca de los katsu japones (chicken y tonka), unos makis con alga nori y kimchi, esa maravillosa salsita-hecha de col china (lon ga pá en cantonés, idioma que aprendí en el Chon San)fermentada. Tienen una bebida de arroz de 20 grados, el soju (muy parecido al sake) de excelente sabor. Visite usted nuevamente un restaurante coreano en la cosmopolita Wellington, judió carasucia.

Mario Pablo said...

Coq, comparto tu asco por los Pretzel, me caen gordos, no comí, ni comeré ni uno de muestra, lo que si me empujé generosamente en NY fueron ensaladas, heladistas, casi libra y media en cada almuerzo, sin papa y arroz, bajé casi tres kilos. Como te he comentado por c-e, tenemos que coordinar para visitar juntos NY y aprovechar tu buen ojo para comederos y otras lindezas, hago extensiva la invitación a los demás patines, porque cuento con un plan hotelero que me permite, por el mismo y único precio, viajar entre 4 ó 6 puntas, imagínense un sólo precio y dividido entre 4 ó 6, sale una bicoca, a lo que debe agregarse que el hotel, como en Orlando, proporciona todos los artefactos y menaje para preparar la comida en casa, de manera que uno se ahorra un huevo en desayunos y almuerzos, reservando las comidas para visitar los restaurantes más pulefentas. Algo final, a dos cuadras de la Estación Central, salinedo nomás del Bedford, la movilidad es un regalo y uno no tiene que pagar el antojo de los taxis, es más, si nos aburrimos del metro, a Pativilca se puede ir y venir en excursiones lindas y saludables. Hablen, sarracenos

Moshe said...

Da gusto saber que el reverendo disfruta de la vida, como todos los predicadores y curas que conozco.

Discrepo en lo de los pretzels, que son muy buenos junto a una cerveza helada. Los bagels no tienen nada de soso, pues con queso crema y salmón ahumado (frio) son un manjar de los dioses.

Es cierto, Nueva York es una ciudad incomparable.