24 January 2012

La señora Meche

Joda Criolla publica este cuento inédito recibidido hace pocos días del poeta, en usual despliegue de dinamismo.  Asegura haberlo escrito en 1966, a los dieciseís años de edad. 

Mientras giles como nosotros asistíamos a clases, saltábamos sobre el taburete y la colchoneta en el patio del colegio, el vate se tiraba la pera y revolcaba, pero en el colchón.  La precocidad paga, sin duda.

La señora Meche

En mi casa trabajaba ayudando a mi madre, la señora Meche, una mujer de 44 o 45 años, natural de Huancavelica.

Me quedaba a solas con la empleada en mi casa en Chacra Ríos, holgazaneando durante los muchos días en que fingí dolor de estómago u otra enfermedad para no asistir a las clases de Educación Física con el detestable Foca en el Alejandro Deustua, colegio al que acababa de ingresar en abril de ese año.

Siempre me han atraído las empleadas domésticas y la señora Meche no era la excepción.  De cara no era muy agradable, de cabellos negros y trenzados, estatura baja, pero de buen cuerpo para su edad.

Planeé cómo llamar su atención.  A las 9 de la mañana subía a limpiar la habitación de mis viejos, contigua a la mía.  Me aseguré  que en ese momento, saldría de mi cuarto en calzoncillos con dirección al baño.  Sucedió así: se quedó muda, cruzamos el saludo, una disculpa bien recibida, y una respuesta inocente, me dieron empuje.

El siguiente paso era exponerla a imágenes de contenido sexual.  Mi vasta colección de Chepa serviría para ello.  Yo había dejado sobre la mesa de noche de mi cuarto varias revistas abiertas.  Le dije que me iría para que limpie tranquila.  Asintió y empezó su trabajo.  Abandoné la habitación, pero me quedé en la puerta para ver su reacción al verse expuesta al material porno. 


Tendía mi cama cuando las imágenes la atrajeron.  No quitaba los ojos de encima, veía con curiosidad las escenas de sexo.  Empezó a ojearlas una por una, leyendo en voz alta, casi deletreando los diálogos.

En ese momento entré.  Meche se sorprendió y se puso roja de la vergüenza, pues era obvio que la había escuchado:

- ¿Así que dame tu leche, no?
- No sea así joven Carlos, ¿que hacían esas cosas ahí?
- Son mis revistas, llegaste a limpiar justo cuando las estaba viendo.
- ¿Porqué las dejó?
- ¿Normal, no? Eres adulta y no hay porque avergonzarnos.
- Si pero no debía de haberlas dejado.
- Te gustó verlas, vi tu cara cuando leías.
- Eso no se hace, que dirán sus papás.  No debería ver esas cosas.

Un silencio y un cierto nerviosismo me hicieron saber que no sólo le había gustado, sino que además la había excitado.

- Meche, ¿hace cuánto que no tienes algo con tu pareja?
- ¿A qué se refiere?
- A que si hace mucho no te has acostado con tu pareja.
- Hace mucho, ¿por qué?
- Meche, ven…siéntate conmigo y veamos las revistas juntos

Se sentó a mi lado y empezamos a ver a las revistas.  En una de ellas se veía a una mujer rubia, alta que hacía de sirvienta y que mientras aspiraba el suelo el patrón le metía la mano por debajo de la falda y jugueteaba con el portaligas que llevaba puesto.

- Meche, ¿quieres hacer conmigo lo de la revista?
- Está loco.
- Loco no, sólo tengo ganas de cachar contigo.
- No joven, ¿y si su mamá se entera?
- No te preocupe, tú sabes que no llega hasta la noche, yo me voy a la JAP en Alfonso Ugarte después de almuerzo, así que tenemos unas horas.
- Ya Meche, mira como la tengo, se me ha parado todita.
- A ver sácala.

Me bajé el short.  Vi en su cara algo de miedo, de nerviosismo y de duda, pues no sabía qué hacer.
- Tómala en tus manos.

Sus caricias eran tímidas, sus manos no eran suaves, con la aspereza de quien las usa para cocinar, barrer y trapear, pero eso era compensado por la excitación de saber que estaba por culearme a otra más de las empleadas de mi casa. 

Me encargué de ponérsela en la boca.  Al principio no quiso, pero finalmente accedió.   La abrió y se la metíó.  Con mi pinga adentro, empezó a jugar con la lengua, como si fuera un helado de Curiche, un marciano de esos que vendían afuera del Deustua. 

Mientas me la chupaba, empecé a tocarle los senos y quitarle la blusa que llevaba puesta.  Me encontré con un par de senos redondos de pezones marrones y grandes.  Me  puse de pie, la tomé por la cintura,y pasé mis brazos por sus caderas.  Su respiración era cada vez más agitada, le quité la falda y el calzón.  Quedó ante mi la figura de Meche completamente desnuda. 

La llevé a mi cama, la eché sobre mi almohada con las piernas abiertas, y me sumergí en su conchita llena de vellos.  Noté que estaba ávida de placer pues un movimiento suyo me empujó a continuar.  Sus movimientos la hacían imaginar que estaba siendo penetrada, pero sólo se trataba de mi lengua y dedos de artista.  Empezó a dar unos gemidos que culminaron en un orgasmo, su cuerpo se estremeció con fuerza, su grito se prolongó por algunos segundos, y soltó levemente la respiración.

Hasta ese momento, quien había llegado al orgasmo era ella, y si bien yo estaba gozando, aun me faltaba expulsar la leche que siempre he producido en cantidad extraordinaria, mas que una vaca Holstein.

Le levanté las piernas y casi sin esfuerzo la ensarte.  Meche se entregó en cuerpo y alma al coito, y respondió con movidas de caderas que aceleraron mi excitación.

- Que rico te mueves, Meche.
- Siga joven, no pare.
- ¿Te gusta cholita?
- Si, mucho.
- ¿Lo vamos a hacer todos los días no?
- Todas las veces que quiera, joven.

No nos demoramos en llegar al clímax.  Una catarata de leche caliente inundó su vientre, mientras ella gemía como poseída.

Cuando me dí cuenta, era casi la hora de almuerzo.  Meche había interrumpido sus labores por tener una mañana de sexo conmigo, pero tenía que apurarse pues aún le faltaba cocinar mi plato favorito: tacu-tacu montado con lomo saltado.

16 comments:

Carlos Orellana said...

Además de cuentista, el judio chesumai se ha vuelto mentiroso. Yo nunca le he enviado ese texto. lo que trata es de distraer la atención ante la próxima publicación de La increible y triste historia del candido Yehude y su desvirgadora desalmada.

Carlos Orellana said...

La vena de pajero del hebreo queda al descubierto. ¡Ah, baño del Deustua si hablaras!

Moshe said...

La criollada, evidente; el estilo inimitable; el autor, un poeta laureado.

No hay duda alguna.

Moshe said...

Poeta, usted es un maestro y ya mostraba pasta de gourmet desde joven, con eso de arrimarse un tacu-tacu montado despues del polvo.

Genial!

Carlos Orellana said...

Nunca en mi puta vida he comido tacu tacu con huevo encima. Habrá sido en una vida anterior, un poco más desgraciada.

cvalqui said...

Moshe el Poeta ha escrito una historia sobre mi persona, según lo afirma en el comentario "Anuncio aquí que he remitido un texto acerca del desvirgamiento del joven Carlitos Valqui en 1969. Menudo trabajo de investigación periodística."

Lo ofrecido es deuda, sino es burla.

Mario Pablo said...

¿Qué tiene de malo el Tacu Tacu con huevo, Coq?. No te hagas el huevatracio choche y admite que a la hora del bitute te empujas lo primero que encuentras y que lo gourmet lo dejas para cuando ya está llenito, querido Satanás. A mi me ocurre esto, me guío por el hambre, aunque trato de saciarlo con platillos exquisitos, pero cuando no los hay ocasión sigo el viejo refrán: lo que no mata engorda.
Querido Pirincho, dices que no way problemas con lo de Sopa, pero creo que al gordito aún no lo sueltan y que el FBI argumenta que tras él opera una mafia. ¿Cómo es el caucau, habla barrio?

Carlos Orellana said...

Na' que ver, Reverendo. El hambre es mejor que el empanzamiento con grasas infames. Desde niño me producian arcadas mezclas de ese tipo. tengo buen hígado, pero refinado.
Si usted supiera que he comido incluso en épocas en que pateaba latas se quedaria cojudo. Prefiero salir sin zapatos a la calle o con el traje remendado que comer mal. Dios me perdone la soberbia.

Moshe said...

Asi es, Carlitros. He recibido un muy buen texto del aedo sobe nuestro querido Químico, que se publicará lo antes posible.

Eudocio, después de este cuento entiendo que no en vano te decían El Terror de Naciones Unidas.

Moshe said...

La batalla legal recien empieza por aqui. Los gringos empujan por la extradicion, pero no se sabe que va a ocurrir.

No mezcles esto con SOPA, que esta muerto antes de nacer.

Aldo said...

Se exige respuesta inmediata a la demanda lanzada por el desvirgado Valqui Guarniz, delito ocurrido en el interior del Hotel Melody y acontecido en 1969.

Entre los testigos de este funesto episodio, figura el Poeta, Escritor, Empresario y Politico
Calos Orellana, exalumno deustuano y condiscipulo del afectado.

Despues de mas de cuatro decadas de acontecida la falta, se reabre el proceso, donde el ex Secretario de Prensa figura como testigo clave en este alevoso caso, ya que fue el quien socorrio y traslado en su bicicleta a la victima hacia la posta medica mas cercana. Segun Orellana, el se encontraba ocupando el cuarto contiguo, al que ocupaba Valqui,
y manifesto haber escuchado un ruido similar al de un globo con agua reventar, seguido de un grito desgarrador.

En declaraciones preliminares a la prensa, desde su domicilio en Av.
Naciones Unidas, Chacra Rios, Orellana manifesto que le impresiono ver como dejaron a su amigo y compañero Valqui Guarniz despues de consumado el acto, segun el, quedo como choclo a medio pelar.

Moshe said...

Ya desde joven el poeta descollaba en estas artes. Y despues, su tacu-tacu montado, plato predilecto de su padrino.

Ataaaaja.

Carlos Orellana said...

Al flaco Carlitros le rompìeron el prepucio en Matute, mi querido Kiko. Lo agarró una zamba descomunal y se lo paso por el clitoris un par de veces y el jovencito volteó los ojos como si fuera a entregar el equipo y luego los abrió de nuevo con una sonrisa estúpida a la vez que decía, "rico, mami, rico, keyo más".

Moshe said...

Usted se las sabe toditas, poeta.
El marques de Sade es un boy scout a su costado.

Aldo said...

Que paso con el morocho de los sesentas, aquel que se empujaba huevos duros en la puerta del Troca?

Resulta que ahora no come tacu tacu
con su hueverto, Poeta, dejese de coqjudeces y avientese un plato.

Le doy mi palabra que el tacu tacu
no va a ser de lata.

Anonymous said...

I do not comment, but after reading a few of the remarks on this page
"La se�ora Meche". I do have 2 questions for you if
it's allright. Is it only me or do a few of the comments appear as if they are left by brain dead visitors? :-P And, if you are writing at other sites, I would like to follow you. Would you make a list of every one of your public pages like your twitter feed, Facebook page or linkedin profile?

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