25 January 2012

Buena Vista Social Club

A gozar del ritmo de estos viejos maestros.


Buena Vista Social Club fue un club muy popular de La Habana, Cuba, donde sus miembros practicaban actividades relacionadas con el baile y la música.

En los 1990s, casi 50 años después de que el club fue cerrado, inspiró una grabación hecha por Juan de Marcos González y el guitarrista Ry Cooder con los tradicionales músicos cubanos, muchos de ellos miembros del club.

La grabación, nombrada Buena Vista Social Club, se volvió un éxito internacional y el grupo se vio alentado a presentarse en Amsterdam en 1998.


El director de cine alemán Wim Wenders grabó la presentación, seguida de un segundo concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, que fue la cumbre del documental y que incluye entrevistas llevadas a cabo en La Habana.  Fue aclamado por los críticos, recibiendo una nominación al Oscar y numerosos galardones entre los que se incluye Mejor Documental en el European Film Awards.

El éxito generó interés internacional por la música cubana tradicional.  Algunos músicos lanzaron después álbumes en solitario que fueron bien acogidos y grabaron otros en colaboración con diversas estrellas internacionales de distintos géneros.

El nombre "Buena Vista Social Club" se volvió un término para este tipo de presentaciones y lanzamientos en colaboración, además de una etiqueta que encapsula la "Edad de Oro de la música Cubana", entre 1930 y 1950.

El nuevo éxito fue efímero para los reconocidos miembros del grupo: Compay Segundo, Rubén González, e Ibrahim Ferrer, quienes murieron a los 95, 84 y 78 años, entre 2003 y 2005.

4 comments:

Mario Pablo said...

Al oir a Ibrahim recuerdo uno de mis viajes a La Habana, como en el Hotel donde me alojé se presentaba un sonero mayor fui el primero en la fila, grande fue mi mortificación cuando en la puerta el cucato a cargo me dice: Chico, con pantalones cortos no puedes entrar; carajo ¿qué cosa? perderme el espectáculo por no tener pantalones largos, a quien chu..., con el calor que hace en Cuba, se le puede ocurrir cargar en la maleta algo diferente a los shorts. ¿Qué hago? pensé, ya me jodí, Silvi, le dije a mi mujer, entra sola y luego me cuentas, me contestó: "tas h.., contigo o contigo, sino no entro", enseguida, para mi suerte, veo que el rostro se le ilumina y me dice al oído: vamos a la habitación te pones mis pantalones más anchos y se acabo la vaina. Así lo hice, no sé como me los puse porque mi ñori es delgada, pero bien entubado volví orondo y goce como chancho con el imcoparable son cubano.
La voz de Ferrer también trae a mi mente otra visita que hice a Varadero, en temporada en que los latinos brillan por su ausencia y los hoteles están llenos de rusos, enormes y blanquísimos como la nieve, en esa oportunidad con mi chelfa, aprovechando que un conjunto musical excelente le daba a los cueros, nos pegamos un bailongo achori, tipo Surquillo, que encantó al respetable, desde ese día fuimos los engreidos de mozos, cocineros y administradores, quienes a cada paso nos decían "peruanos,la rompieron"; es que aquí en Lima, queridos zorrillos, también tenemos saoco

Moshe said...

Que tal deschave del Reverendo!
¿Fue por cuenta de la CGTP o con la suya?

Quizás comparta la suerte del servilletero COQravines que ha viajado por medio mundo sin gastar un puto cobre.

Aprovecho para decir el baile me elude. La musica para mi es solo escuchar y disfrutar, pero admiro a los buenos bailarines.

Carlos Orellana said...

Eres envidioso,Yehude. Mi trabajo me ha costado, yo no soy un vago de Cancillería, yo chambeo compadre. Y chambeando he viajado y comido en la mesa con el rey de España, con los presidentes de Polonia, Alemania, Singapur,ect. con los primeros ministros de un chuchonal de países. Lo comido y bailado nadie lo quita.
Me imagino al reverendo, chaturri como yo, bailando entre esos rusos grandazos. La cagada.

Moshe said...

Nada de envidioso tengo, poeta.
A quién Dios se la dió, San Vladi se la bendiga.