Joda Criolla no censura a nadie y cumple con publicar esta anónima infamia.
Pederewski y su pinguino
Pederewski llega a un restaurante lujosísimo en el centro de Wellington, acompañado por su trampa, una sexy y bellísima mujer, y un pingüino de dos metros de altura detrás.
- ¿Mesa para dos?- le pregunta el mozo.
- No, para tres, el pingüino viene conmigo.
El maitre se queda sorprendido, pero le da la mesa y el mozo pregunta:
- Señor, ¿qué desean para tomar?
- A mí tráigame lo de siempre, una botella de Belvedere, para la señorita un Beaujolais y para el pingüino cien litros de cerveza.
El mozo queda desconcertado, pero le trae lo que pide.
- ¿Alguna entrada, señor?
- Sí, por favor, a mi tráigame una tabla de quesos, a la señorita una ensalada Caesar y al pingüino ciento cincuenta platos de matambre con ensalada rusa.
El mozo se queda cojudo de nuevo, pero les trae todo lo pedido. Cuando terminan se vuelve a acercar y pregunta:
- Señor, ¿desea ordenar?
- Sí, a mí me trae por favor un lomo a la pimienta con papas a la crema, la señorita quiere un Chateaubriand y el pingüino doscientos bifes de chorizo con papas fritas.
- Señor, ¿algún postre?- vuelve a preguntar el mozo cuando acaban con el plato de fondo.
- Sí, por favor; a mí me trae un helado, a la señorita un panqueque y al pingüino ciento cincuenta flanes con crema.
Finalmente el judío Moshé Pederewski pide la cuenta.
- Señor, son 4,500 dólares americanos.
Moshé paga con efectivo y deja una propina de 500 dólares. Ya salían, cuando el maitre lo detiene:
- Señor, disculpe mi impertinencia, pero todo el mundo está atónito con lo del pingüino.
- ¿Mesa para dos?- le pregunta el mozo.
- No, para tres, el pingüino viene conmigo.
El maitre se queda sorprendido, pero le da la mesa y el mozo pregunta:
- Señor, ¿qué desean para tomar?
- A mí tráigame lo de siempre, una botella de Belvedere, para la señorita un Beaujolais y para el pingüino cien litros de cerveza.
El mozo queda desconcertado, pero le trae lo que pide.
- ¿Alguna entrada, señor?
- Sí, por favor, a mi tráigame una tabla de quesos, a la señorita una ensalada Caesar y al pingüino ciento cincuenta platos de matambre con ensalada rusa.
El mozo se queda cojudo de nuevo, pero les trae todo lo pedido. Cuando terminan se vuelve a acercar y pregunta:
- Señor, ¿desea ordenar?
- Sí, a mí me trae por favor un lomo a la pimienta con papas a la crema, la señorita quiere un Chateaubriand y el pingüino doscientos bifes de chorizo con papas fritas.
- Señor, ¿algún postre?- vuelve a preguntar el mozo cuando acaban con el plato de fondo.
- Sí, por favor; a mí me trae un helado, a la señorita un panqueque y al pingüino ciento cincuenta flanes con crema.
Finalmente el judío Moshé Pederewski pide la cuenta.
- Señor, son 4,500 dólares americanos.
Moshé paga con efectivo y deja una propina de 500 dólares. Ya salían, cuando el maitre lo detiene:
- Señor, disculpe mi impertinencia, pero todo el mundo está atónito con lo del pingüino.
- Bueno, déjeme explicarle: hace una semana iba yo caminando por la playa; sin querer pateé una lámpara y resultó que era mágica. Total que me sale el genio me dice, 'Te voy a conceder tres deseos'.
- Pues como ve, le pedí todo el dinero del mundo, así que para pagar una cuenta como ésta, no tengo ningún problema. Mi segundo deseo, como también puede ver, fue tener de trampa a la mujer más hermosa, sumisa, sexy y guapa de todo el archipiélago.
- Sí eso es lo veo, ¿y el tercer deseo?
- Pues el tercero fue que me diera un 'pájaro enorme e insaciable', y me dio este pingüino de mierda.
- Pues el tercero fue que me diera un 'pájaro enorme e insaciable', y me dio este pingüino de mierda.
7 comments:
Siempre hay que leer la letra chiquita de los contratos. Y si se trata de pedir deseos a genios de la lámpara maravillosa (todos son unos pendejos) hay que aclarar. Pobre Moshé, no pudo cambiar su codorniz por algo mejor.
Parece que el genio de la lámpara hizo un milagro, carajo: en vez de 3 botellas de vodka, Moshé pidió solo una. Y el pinguino lo ayudó con las chelas. ¡Así cualquiera! Ese pinguino tiene que prestárselo a Carlitros para que lo acompañe a peinar Breña y Matute. Eso sí tiene que enviarle desde Wellington un giro de $50,000 porque el pajarraco come y chupa bueno y harto.
El pinguino también lo ayuda a Moshé con la trampa. Otro día que encuentre lámparas mágicas en la playa que pasé de largo.
Tra leer esta vil calumnia, pensé consultar al Doctor Chapla, boga excelso, y demandar por libelo al autor de esta infamia.
Estuve a punto de repetir la famosa frase de Maquisapa "Hasta aquí nomas llegué", pero con la calma adquirida del sabio Vittorio y el sobrio Carlitros, he recapacitado.
El estilo es conocido y casi puedo ver la mano del albino El Ahijadísimo, alumno aprovechado del Doctor, tras este insulto a jhonny. Aunque duele, felizmente soy tolerante y tengo correa.
Oigan, putíferos, salgan del naufragio alcohólico y tomen sol en la arena, curen la turca y métanle su chiquita al respetable con una chochineada como Dios manda; hasta hoy no termino de reirme con mi ñorsa leyendo la pedenxada de COQ, TOSIGO (creo que no de nombre original porque parece que otro literato ya lo utilizó), cuando dicen que he guardado los cuchillos con los que rebano el chancho para preparar mi pachamanca, esta es una broma con clase, un chiste con miga, no las cojudeces que algunas veces se le ocurren a Croqmañon, especialmente cuando se araña porque se toca con el pétalo de una flor a su muñeco parlante.
Es cierto, Doctor. El moreno COQimori es un rechuchesu, pero con todo lo queremos. Lástima que se encarache, se sofoque, se endiable, cuando le tocan a su exjefe oriental, quién mascullaba sus fábulas de antología.
Ha resultado crolo de piel muy sensible. O la delicadez será el resultado su "profunda amistad" con el tal Tósigo? Mossad investiga si al aedo se le quema el arroz. El todavía, el que detesta a los gay. Suprema ironía.
El Morocho y su carnal Abel Tosigo se las traen, una dupla llena de entusiasmo y energia, preparados para la guerra cuando les buscan el intercambio de puyas.
Tengo una duda ¿se habrán logrado carnalmente? Ellos tienen la palabra. Cuando hay amor, no importa el sexo.
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