8 November 2011

Tres cerebros

Un artículo científico sobre la teoría de Paul MacLean, fina cortesía de nuestro poeta laureado, quién es tambien un sabio y erudito de la gran flauta.

Carajo, que suerte tuvimos en ir al colegio con un pensador como COQ.  Desde joven daba ya prueba de genio: con sus tres cerebros transmutó el oro en polvo(s). Aleluya.

Fundido en una estructura, nuestro sistema nervioso alberga tres cerebros: el reptiliano (reptiles), el límbico (mamíferos primitivos), y el neocórtex (mamíferos superiores).

Paleoencéfalo
La parte de nuestro cerebro más primitiva es el llamado básico, instintivo, reptiliano o paleoencéfalo. Está formado por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular. Es esa parte que usamos mientras nos ocupamos de cosas puntuales, como fregar, lavar o coser.

Alojado en el tronco cerebral, es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló hace 500 millones de años. Se encuentra presente en los reptiles, que son los animales con el menor desarrollo cerebral, diseñado para sobrevivir desde un sistema binario: huir o pelear, con poco o ningún proceso sentimental. Este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el organismo lo demanda.

En los seres humanos, incluye conductas que se asemejan a los rituales animales de aparearse. Se trata de un tipo de conducta instintiva y muy resistente al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, de protección.

Es un cerebro funcional, territorial, responsable de conservar la vida y capaz de cometer las mayores atrocidades. Nos sitúa en el puro presente, sin pasado y sin futuro y por tanto es incapaz de aprender o anticipar. Es pura impulsividad.

En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar: las rutinas, los hábitos, el espacio vital, adicciones, ritmos, inhibiciones y seguridad. Es responsable de la conducta automática, como la preservación de la especie y cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. Este cerebro se caracteriza por la acción.

El reptiliano controla la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. Este primer cerebro es un guardián de la vida, pues en él están los mayores sentidos de supervivencia y lucha y además por su interrelación con la piel, este es el agente avisador de peligros para el cuerpo.

Permite la adaptación por medio de respuestas elementales poco complicadas emocional o intelectualmente. La conducta de personas calificadas como psicópatas (carecen de sentimientos de culpa) y paranoicos se ajustan a este patrón de conducta. En la psicopatía se juega el papel de depredador y en la paranoia el de presa.

Este primer cerebro es una herencia de los períodos cavernarios, donde la supervivencia era lo esencial.

El paleoencéfalo sustenta parte del subconsciente, donde se alojan y desarrollan los traumas, que determinan los de miedos y fobias de la mente, la cual, en ocasiones, lleva al ser humano a comportarse como un animal salvaje.

Este primer cerebro, es el que permite el movimiento de actuar y hacer.

Este cerebro da origen a la Tríada del Instinto.

Mesoencéfalo
Este cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en los mamíferos. El mesoencéfalo o cerebro mamífero, dotado de un sistema límbico, físicamente ubicado encima del reptil permite un desarrollo sentimental que opera desde la estructura conocida como la amígdala, y es ello lo que les permite establecer relaciones de mayor fidelidad que los reptiles.

El sistema límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de otros), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria; y en este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.

Esta parte es capaz de poner el pasado en el presente (presente + pasado) y por tanto se produce aprendizaje y se activa cuando nos emocionamos. Facilita la calidad de vida que da la calidez en las relaciones humanas. Es razonable pensar que el desarrollo de la memoria se asocia a momentos emocionalmente intensos, como la muerte de seres queridos.  El entierro de nuestros antepasados implica una consideración por el pasado y  una capacidad de trascender el presente. La parte oscura aparece cuando un exceso del peso del pasado crea las exageraciones emocionales llamadas neurosis.

En éste reside la sede de todas las fuerzas emotivas que darán lugar a todos tus deseos y sentimientos y es en él donde subyacen las inteligencias de capacidad de dejarnos afectar por algo o alguien. Proporciona el afecto que los mamíferos necesitan para sobrevivir, por tanto se introducen los sentimientos: Dar o recibir afecto, recibir atención, consideración, escucha, compasión, ternura, empatía.

En este segundo cerebro existe la capacidad de sentir, pues es el más afectado por los demás y por el entorno. La realidad que percibimos a través de la nariz, boca y genitales se relaciona con este segundo cerebro.

Su función principal es controlar la vida emotiva, lo cual incluye sentimientos, regulación endocrina, dolor y placer. Puede ser considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro de metas. Su desbalance conduce a estados agresivos, depresiones severas y pérdida de la memoria.

Este segundo cerebro, es el que permite sentir. Su carácter es la capacidad de poner el pasado en el presente (aprender, memoria).

Este cerebro da origen a la Tríada del Sentimiento.

Telencéfalo
Los mamíferos modernos, primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo que, además de los sentimientos, manejan un proceso de entendimiento, relacionado con la corteza cerebral.

Se ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y el desarrollo social: a mayor desarrollo de la corteza cerebral, mayor desarrollo social, sociedades más complejas y organizadas.

Los humanos poseen un cerebro mucho más especializado que los primates, por ello manejan un proceso racional de entendimiento y analisis, superior al de los demás mamíferos, directamente relacionado con la región frontal del telencéfalo.

El sistema neocortical es el lugar donde ocurren los procesos intelectuales superiores: en el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho.

La neocorteza se convierte en el foco principal de atención en las lecciones que requieren generación o resolución de problemas, análisis y síntesis de información, del uso del razonamiento analógico y del pensamiento crítico y creativo.

Las dos características básicas de la neocorteza son:
(a) La "visión", la cual se refiere al sentido de globalidad, síntesis e integración con que actúa el hemisferio derecho.
(b) El análisis, que se refiere al estilo de procesamiento del hemisferio izquierdo, con énfasis en lógica, relación causa-efecto, razonamiento, precisión y exactitud.

La neocorteza representa la adquisición de conciencia desarrollada a través del lenguaje.

Mientras que los animales, sobre todo los mamíferos son capaces de desarrollar emociones y aprender, la capacidad de poner el futuro en el presente (presente + pasado + futuro), resulta específicamente humana. Esto hace viable la llamada locura, en la que se toma por real lo que no está en el presente, de modo irreducible.

Este tercer cerebro, es el que permite el razonamiento, la capacidad de anticipar, de poner el futuro posible en el presente.

Este cerebro da origen a la Tríada del Pensamiento.

11 comments:

Carlos Orellana said...

!Carajo, cuanto interés por el cerebro! ¡Signo de los tiempos! Meto.

Aldo said...

Privilegiado Moises cuando se trata del cerebro, y es que no podia ser de otra manera con la mitra que se maneja.

El hebreo desde muy temprano sobresalio por usar sus tres cerebros, era una enciclopedia con
orejas, se comia los libros.

Uno de los hobbies favoritos de Manolo era visitar
la iglesia San Francisco en el centro Lima, donde las palomas utilizaban su mitra como aeropuerto.

Moshe said...

Tios, no maleteen, que como dijo el aedo tengo muy poca correa y me aso al toque.

Moshe said...

No se escucha una palabra de la consabida transmutacion del oro en polvo en 1968.

Abandona la timidez y canta, Fantomas.

Moshe said...

Esta teoria de McLean da fuerza a la opinion del laureado sobre la copula.
Una vez mas, COQ, nuestro morocho sabio criollo es acertado en su juicio.

Maqui, intercambiamos estampitas de Mahoma?

Carlos Orellana said...

Y ya viene...Perdidos en Chimbote (capitulo 2 de la novela El oro de Huaquillas).

Aldo said...

El hebreo de poca correa se confunde, escucho o
leyo mal, lo que coleccionaba no eran estampitas.

Yehude, no confundas estampitas con estan pitas.

Moshe said...

Ya me convenci que Victor es timido. Aparece muy de vez en cuando (o sera saco largo?).

Uta!

Esa novela El oro de Huaquillas fue medio escrita por Vargas, el idolo de COQ.

Moshe said...

No hablen de Chimbote, es el pago predilecto de Carlitros Valqui, conocido en todos los bares de ese puerto.

Carlos Orellana said...

A propósito de la mitra aérea de la que habla Maqui, el segundo real apellido de Yehude es Mitrovski. O sea, originalmente (como lo parió su madre) era Moshé Yehude Pederewski Mitrovski, inscrito en 1953 en el consulado argentino de Tirana, Albania. Entonces Argentina representaba en la patria de Henver Hosha los intereses de Perú, Bolivia y Ecuador. De allí su vieja amistad (predeustuana) con Mario Rodríguez.

Moshe said...

No me vendas, poeta.