26 November 2011

Los eunucos

Joda Criolla, serio y sobrio foro democrático, accede como siempre al pedido de uno de sus lectores y continúa con la vena sexo-educativa en la nota adjunta.

Se publica para ilustración del resto de nosotros, meros mortales.

En uno se sus muchos viajes presidenciales al Oriente, nuestro compañero deustuano asistió a un espectacular banquete de estado en Pekín, China, en donde lo homenajearon protocolarmente sentándolo junto a un eunuco de altísimo rango diplomático, quien lo deslumbró con su erudición e inteligencia.

Muy civil y cortésmente el aedo se rehusa a decir de que conversaron, ni lo que pasó después de la cena (¿bj, mamadita, servicio completo?).

Un eunuco es un varón humano castrado.

La privación de los genitales externos masculinos (emasculación o evisceración) puede efectuarse de manera parcial o total: la parcial es la extirpación o inutilización (por golpes) de los testículos, y la total es la mutilación radical (corte de pene y testículos.)

La palabra eunuco puede aplicarse a hombres afeminados, y era una forma común de denominar a los homosexuales durante el imperio romano.

En los humanos, como en los primates y mamíferos, la hembra tiene los genitales ocultos y protegidos, mientras que los del macho están expuestos, siendo una parte vulnerable y sujeta a intenso dolor por un posible aplastamiento de los testículos.  Este gran miedo ha sido motivo de muchos estudios psicoanalíticos desde el hebreo-austríaco (!paisano!) Sigmund Freud.

En China, los eunucos eran empleados en el Palacio Imperial.  Al principio, eran suficientes para cubrir la cuota delincuentes condenados a la castración, pero al aumentar el tamaño del estado y la burocracia imperial, surgió la necesidad de una mayor cantidad.  Los eunucos alcanzaron su apogeo en la Edad Media, durante la dinastía Ming.

Se tuvo que buscar y aceptar nuevos candidatos de diferente procedencia.  Pese a ser servidores en distintos cargos, los eunucos fueron aumentando en importancia y adquiriendo ventajas económicas.  En aldeas algunos pobres se mutilaban con la esperanza de alcanzar una mejor posición.  No era extraño el caso de que padre, madre, y hermanos, acompañasen a un miembro de la familia a una cita con el barbero-cirujano.

El nuevo eunuco debía andar despacio y no consumir líquidos por unos días.  Al cabo del tiempo, se le retiraba el tabique de metal antes colocado en el orificio uretral, si conseguía orinar, entonces la operación había sido un éxito y podía a gestionar un empleo en la corte del Emperador.  En caso contrario, una atroz agonía esperaba al nuevo eunuco antes de su lenta muerte.

Los despojos genitales a veces eran reclamados por su propietario, en cuyo caso el barbero se los entregaba.  Con frecuencia no lo eran, y el barbero los guardaba anotando la fecha y a quién pertenecían, ya que si el eunuco era aceptado en Palacio, descubriría que para cada ascenso la tradición lo obligaba a enseñar los restos de lo que fueron sus genitales.

5 comments:

Carlos Orellana said...

- Mi marido es impotente al 100%
- Eso no es nada, el mío lo es al 200%
- ¡Pero eso es imposible!. ¿Como puede ser?
- Es que se ha mordido la lengua esta mañana.

Carlos Orellana said...

En un cruce del centro de Wellington un policía para a Moshé Pederewski y le hace una prueba de alcoholemia; luego le dice:
- Mire... ¿No le da vergüenza? (Enseñándole el alcoholímetro que marcaba3,45)
- ¡Joder! ¡Las cuatro menos cuarto! ¡Mi mujer me mata!

Moshe said...

Poeta, cuenta detalles de la charla esa en la cena de estado en Pekín.

Canta, Fantomas.

Carlos Orellana said...

He ido a Beiging todos los años desde 1991 a 2000, hebreo. Y cenas de Estado han sido, creo, tres. Nunca ví eunucos.

Anonymous said...

Porque no hy fotos de eunucos? mostrando lo que no tienen, el mundo es muy hipocrita oculta todo lo antinatural.