Endorso la opinión del autor, pues considero que hay reglas mínimas que respetar, aunque que en ocasiones este hebreo haya sido catalogado de presuntuoso, snob, elitista, pasado de moda, o algo similar.
Creo que en cuando se trata de vestir apropiadamente para cenar, el hábito hace al monje. Una cosa es Burger King o KFC; otra un restaurante propiamente dicho.
El envoltorio sí importa
Caius Apicius
Madrid, 16 mayo (EFE) - La otra noche estaba viendo, en una cadena de televisión especializada en música clásica, a la Deutsche Kammerphilharmonie de Bremen interpretando la Sexta Sinfonía (Pastoral) de Beethoven bajo la dirección del estonio Paavo Järvi.
Magnífica orquesta, buena versión... Algo, sin embargo, no encajaba. Los profesores de la orquesta iban vestidos, como marca la tradición, de lo que los anglosajones llaman "white tie" y el resto de humanos, simplemente, frac. El público, elegante, sin ir de gala.
El director... bueno, el director lucía una especie de camisa-chaqueta negra sobre una camiseta no menos negra. Seré un clásico, pero me pareció absolutamente inadecuado. Para mí, el maestro faltó al respeto a los profesores. Habrá quien entienda que su atuendo era elegante: yo no lo veo así.
A mí, desde pequeño, se me inculcó la idea de que, cuando asistía a un concierto (palabra cuya aplicación a cualquier actuación musical pública ha devaluado por completo), debería vestir con corrección, ya que los músicos lo hacían por respeto al público, y éste debía corresponder. De modo que aún entiendo el concepto de "vestirse para la ópera", como entiendo, por supuesto, el de "vestirse para cenar".
Todavía quedan restaurantes que exigen a su clientela (a la masculina: respecto al vestuario femenino no osan hacer indicaciones) una corrección formal en el vestir. Normalmente, suele concretarse en el uso de corbata y en el de americana o saco. A mucha gente le parece elitista y mal: "A mí nadie tiene que decirme cómo tengo que vestirme", dicen. Pues, si no sabe hacerlo, mejor que se lo digan.
Hablo, claro está, de restaurantes a los que suponemos, a su vez, elegantes. Donde el personal de sala viste todavía de etiqueta o, al menos, chaqueta y corbata. Es evidente que no voy a exigir a nadie que se arregle para ir a una barbacoa, ni siquiera para ir a uno de esos restaurantes tan en boga ahora en los que los camareros lucen camiseta y delantal negros. Ahí se va de cualquier forma... que no ofenda la vista (ni mucho menos el olfato) del resto de los comensales.
Hay restaurantes que tienen dispuestas varias corbatas, americanas, y hasta pantalones, para clientes despistados que no saben dónde van.
Un refrán español establece que "el hábito no hace al monje". Cierto. Pero nos dice muchas cosas de él. Todavía hay quienes consideran que una función de ópera no es un evento cultural, sino un acto social. Es ambas cosas, y tiene unas reglas: el público hace mucho en cuanto a elevar o degradar el ambiente de cualquier acto.
Y, sinceramente, creo que salir a cenar a un buen restaurante es, también, un acto social: uno va a cenar, desde luego, pero también va a ver y a ser visto, de modo que el "envoltorio" es importante.
Los pantalones cortos, los bermudas, están bien para lo que están bien, y en esa categoría no figuran los restaurantes de lujo. Son lugares a los que debe irse bien vestido y, por supuestísimo, bien calzado, no en chanclas ni sandalias de peregrino. Tampoco queda bien ir en ropa de gimnasia. De verdad que un mucho de higiene y un poco de elegancia no perjudican a nadie.
Quien es capaz de ir a un restaurante en camiseta, pantalones cortos y calzado playero, o en chándal, se merece que le sirvan la comida y la bebida en platos y vasos de plástico, que los camareros le traten de tú y que la comida sea una bazofia. Y es que cuando no se sabe estar en un sitio, lo mejor, mientras se va aprendiendo, es no hacer acto de presencia. Pero me temo que uno de los signos de nuestra época es, por desgracia, la zafiedad generalizada. Una pena.
26 comments:
Cuando uno acepta ir a un concierto, una ópera o una cena cepta ir a un ritual.Nadie puede obligar a una persona a asistir a estos eventos. Y en tal sentido quien va por su propia voluntad debe aceptar las reglas de cada juego. Hay personas, sin embargo, que quieren retar al orden. No veo por qué. Ya lo dije si algo me parece elitista o huachafo no voy, pero lo que me parece incorrecto es ir contra las reglas. Eso revela no solo falta de criterio, sino falta de seguridad en uno mismo y un acendrado sentimiento de inferioridad.
Aparte, la única vez que soporto los platos y vasos desechables es en un camping o playazo. Y aún así, prereriría (y yo lo hago) llevar ubn menaje de melamine decente y tomarme la molestia de lavarlo.
Por eso detesto los restaurantes que te sirven una bebida gaseosa con cañita o aquellos que te ofrecen una botella de a litro o dos litros para un almuerzo familiar. Una botella de ese tamaño en la mesa es horrible y vulgar. Prefiero comer en mi casa donde mi mujer y mi hija ponen la mesa como Dios manda y uno puede comer o cenar como una persona civilizada.
Palabras sabias las de COQelite, oscuro hijo predilecto de Carreño.
Coincido con usted Poeta, todo tiene su lugar y forma.
Ahora que toco el tema de las costumbres de restaurantes, ese detalle de la cañita con la gaseosa, botellas de a litro en la mesa, o platos descartables, sevilletas de papel, son comprensibles en lugares de comida rapida, lo que es inaudito (en mi concepto) es que estos lugares y en restaurantes formales te lleven a la mesa palitos de dientes despues de comer.
En mi concepto es una tremenda barbaridad, una total falta de respeto y educacion ver a alguien en plena mesa usando estos montadientes frente a los demas.
Volvemos a lo mismo, para todo hay un lugar y una forma, lo correcto seria irse con el escarbadiente al baño.
Los chinocos, los orientales tan caros a COQelite, son muy propensos a esa barbaridad del palito de diente.
A veces en la sección de panes en los supermercados hay algunas personas que llenan la bolsa de panes con las manos en lugar de usar pinzas. Son gente que está mal de la cabeza, provocadores enfermizos porque creo que lo que están buscando es que alguien les llame la atención para iniciar una discusión y una gresca. Es el caso de ese par de mujeres que crearon un incidente diplomático por no querer hacer cola en un supermercado. Merecían una pateadura en forma. Hombre o mujer debe hacer cola, es respeto por los demás.
Depende de qué chinos y de que orientales. Hay chinos muy educados, esos malcriados son del montón. En el caso de los japoneses de Japón no se ve eso. Nunca he visto gente más educada que los japoneses. No me dejara mentir (así decimos los limeños viejos) mi querido Dr. Monkey, que conoce Tokio. Y creo que también la Tía estuvo por allá moviendo el cucú para ver si agarraba viaje con n samurai, hasta que le dijeron que ya no existían, pero que vendian réplicas de espadas ninjas. La vieja prefirió un consolador SONY con música.
Mercenerios de los buenos modales, para que ir tan lejos como el milenario Oriente, esa vaina de los escarbadientes se ve en todos los Restaurantes y Chifas del Peru.
En cuanto al triste incidente del diplomatico en el mercado, perdio desde el comienzo, para empezar debio hacerse el cojudo, y calladito nomas dejar a las zamponas salirse con la suya; hay que ser bien cojudo para irse de boca a boca, mano a mano, o de pie a pie, con ese par de joyitas.
Lo inaceptable es que traten de hacer patria con un episodio vulgar
causado por la "viveza" de gente que no reconoce que los demas tambien tienen derechos.
El Doctor Chapla comera sus cuyes con la mano o palito de chifa?
El poeta es machista redomado con eso de que "su mujer o hija pongan la mesa como Dios manda". En mi casa la mesa la pone johhny sin problema alguno.
Hay mucha demagogia en tus palabras, Moshé. Ellas ponen la mesa, pero yo cocino. ¿es democrático no no? ¿O quieres que yo ponga también la mesa?
Bueno, Dr. Monkey, ese patita de diplomático no tiene nada, porque en su lugar yo hubiera avergonzado a esas mequetrefes con unas cuantas palabras. Por ejemplo: ¿cómo es posible que unas damas se porten así? Pero no responder a la vulgaridad con la vulgaridad.
Yo hago ambas cosas: cocino y pongo la mesa, mientras me castigo con varios Belvederes triples.
Triste que unas mujercitas insignificantes hayan creado tremendo problema.
Puta, la Tía debe comprar vajilla cada quince días, con todos los platos y vasos que rompe por los Belvederes triples.
No hay nada mejor que cocinar alentado por una excelente botella de vino, ideal acompañamiento del plato que uno prepara.
Lo que pasa es que eres tío prostático y no puedes disfrutar de ese gran placer. Mira y goza con mano de otro nomás, COQcaíto.
No me excedo, Tía, pero algo bebo. Se que el maridaje no es exacto, pero le dí vuelta a un tempranillo con algo alemán sencillo: asado de tira cocido hasta volverlo tierno, salchichas frankfurter, salchichas oxford, papas peruanas nativas, camote morado. Y varias salsas: chutney de mango, jalea de damasco,sauerkrauf de col morada y manzana, pepinillos y nabo encurtidos y tabasco. Modestamente.
Las salchichas oxford no las conozco, COQrositaríos. ¿De qué son hechas?
Un buen tempranillo es algo sabroso, lamentablemente los españoles producen muchos baratieris que no valen la pena. Espero que COQsibarita se haya roto la mano comprando uno fino, digno de su paladar negro (nada que ver con la color.)
No ha sido un gran tempranillo, Moshé, lo admito, pero alegró el almuerzo. En cuanto a la salchicha oxford me sorprende que una tía exquisita como usted no conozco una de las salchichas inglesas más populares. Se caracteriza por tener además cerdo, ternera y ser muy especiadas. Son de color blanco. Yo las conozco hace como 40años: frente a El Escarabajo, allá por los 70s había un lugar donde vendían salchichas y cerveza. Las preferidas eran la oxford y la cervelat.
En cuanto a salchichas inglesas me quedo con las Cumberland de cerdo. Créeme aqui no hay las tales Oxford.
Bangers and mash (salchichas con puré), plato típico inglés al que soy afecto, acompañado de una guarnición de cebollas acarameladas (con vinagre balsamico), brócoli al vapor y un Cabernet Sauvignon de reglamento. Ataaaja.
DE WIKIPEDIA:
La salchicha Oxford es una variedad distintiva de salchicha de cerdo y ternera habitualmente asociada con la ciudad inglesa de Oxford, donde se cree que fue desarrollada. Tradicionalmente las salchichas de Oxford son notables por la adición de ternera, en contraste con muchas salchichas británicas que solo contienen cerdo, y por su alto contenido en especias. Las referencias al estilo Oxford de salchichas se remontan al menos hasta principios del siglo XVIII, pero se popularizó más ampliamente tras su inclusión en Mrs Beeton's Book of Household Management, publicado en 1861.1 2
La primera referencia publicada a una salchicha parecida a la moderna salchicha de Oxford es de John Nott en su libro The Cook's and Confectioner's Dictionary: Or, the Accomplish'd Housewife's Companion,3 publicado en Londres en 1723.4 En el libro de Nott, cocinero del Duque de Bolton, se llama a la salchichas Oxford Skates (o Kates, según aparecen en el índice). No está claro si era una receta local o fue creada por Nott, pero para finales del siglo XVIII la naturaleza condimentada de la salchicha de Oxford había entrado a la cultura popular hasta tal extremo que Thomas Warton usó The Oxford Sausage como título para su compilación de versos satíricos y políticos ‘muy picantes’,5 publicado en 1764 y reimpreso varias veces en los siguientes 50 años. Diversas variantes de la receta fueron publicadas con el paso de los años, hasta que Isabella Beeton eligió el estilo Oxford como ejemplo de una salchicha de cerdo típica en su libro de 1861 Book of Household Management.1 Con la popularidad de este libro la receta alcanzó una difusión aún mayor, y la salchicha Oxford se comercializó durante una época como plato preparado y enlatado. Sin embargo, con el auge de la producción en masa, los supermercados y la distribución global, la salchicha Oxford perdió popularidad. El reciente resurgimiento de los platos regionales han provocado la resurrección de la salchicha Oxford, aunque en una forma revisada.6
Puta, NZ es parte de la mancomunidad y no hay salchichas oxford. No jodas, tía.
Es que somos los primos pobres, tío COQcioso.
Doctor Prieto, agarro carne cuando menciono "El Escarabajo", casi mi segunda casa; por suerte las paredes no hablan, y yo soy mudo.
Lindos tiempos, solo de recordar me doy cuenta de lo viejo que soy, pero nadie nos quita lo bailado y lo gozado.
Sobre las salchichas Oxford, tampoco las conozco, aqui conseguimos las alemanas, las blancas son exquisitas.
A proposito, en Lima iba con los amigos al Bar Munich, en el centro de Lima, muy cerquita de la Plaza San Martin, unas salchichas de la PM, con sus respectivos chops de cerveza.
Queridos, el cuy se come con la mano, hasta donde recuerdo muchos enterados reportan que emplear utensilios de metal no es aconsejable, peor aún si son de acero y que mucho mejor son los palillos orientales. Voto por lo segundo
En los 70s ese lugar de cerveza y salchichas era famoso. Voy a investigar, Dr. Monkey. Me lo imagino a usted en El Escarabajo saltando de mesa en mesa, a falta de ramas, y metiendo la mano como ratero a las hembritas que se caían por allí en busca de giles monsefú como usted. Tiempos en que la tía Manola era una remilgada minifaldera y no la vieja choclona, choborra y mañosa que es hoy, y que pretende pasar por lady en Wellington. Fuuira pacharaca del siglo XX.
¿Dónde estará perdido el ingeniero Del Estribo, confundido entre qué aserrín? Cuando el ingeniero se pierde, se pierde. Lo buscan en las comisarias, los hospitales, los chupódromos, los baños turcos, hasta en la morgue, pero el hombre es MISSING. Un poco más y le dan de baja en la RENIEC, cuando de pronto emerge de las catacumbas con un corcho en la boca. Albricias, Lázaro resurrecto, con hipo y un turrón de la gran seven.
Corrijo: tiempos en los que...
El Poeta siempre educado y ponderado en su comentario, a este humilde servidor, al cual tilda de "borrachín de medio pelo". Es un honor para mí leer tan sacrosantas líneas, si vienen del Poeta, halagado estoy.
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