4 May 2014

La gran mentira nazi

Un buen artículo de este destacado intelectual judío, a quien tuve la suerte de escuchar en una excelente conferencia en Wellington, tiempo atrás.


La gran mentira nazi
Por Daniel Pipes

¿Cómo ha llegado a crearse esta demente inversión de la realidad: Israel, el único país verdaderamente libre y democrático de Oriente Medio es considerado como la principal amenaza global?

"Si la propaganda árabe antiisraelí y anti-judía recuerda sumamente a la del Tercer Reich, es porque existe un buen motivo", escribe Yoel Fishman, del Jerusalem Center for Public Affairs, en "La gran mentira y la guerra mediática contra Israel", una muestra precisa de investigación histórica.

Observa la situación completamente confundida en la que Israel es percibido como depredador peligroso mientras defiende su ciudadanía contra el terrorismo, la guerra convencional y el armamento de destrucción masiva.  Una encuesta de 2003, por ejemplo, concluía que los europeos ven a Israel como una amenaza para la paz mundial.  
Fishman revisita la Primera Guerra Mundial, lo cual no es una sorpresa, puesto que los analistas post-Guerra Fría reconocen cada vez más el grado hasta el que Europa vive aún bajo la sombra de ese desastre, ya sea en su renovada política de apaciguamiento o sus posiciones.  

Por entonces, el gobierno británico explotaba avances en los medios de comunicación de masas y la publicidad con el fin de llegar tanto a la población civil del enemigo como a la propia.   El público local escuchaba mensajes de apoyo a sus gobiernos, mientras que el público de la Entente era alimentado con informaciones acerca de atrocidades.  Sobre todo, las autoridades británicas afirmaban que Alemania Imperial practicaba el pillaje de cadáveres de soldados enemigos con el fin de producir jabón y otros productos.  A la conclusión de la guerra, cuando los británicos supieron la verdad, estas mentiras dejaron un residuo de lo que Fishman llama "escepticismo, traición y un ánimo de nihilismo de posguerra".
La campaña británica de desinformación tuvo dos implicaciones desastrosas para la Segunda Guerra Mundial.  En primer lugar, incitó a que el público aliado fuera escéptico con respecto a las atrocidades alemanas contra los judíos.  En segundo lugar, Hitler observaba con admiración el precedente británico en su libro, Mein Kampf (1925): "Al principio, las afirmaciones de la propaganda [británica] eran tan burdas que la gente las juzgó dementes; más tarde, irritaron al pueblo; y al final, fueron creídas".  Una década más tarde, esta admiración daba un vuelco a la realidad, convirtiendo a los judíos en perseguidores y a los alemanes en víctimas. 

La derrota de Alemania desacreditó temporalmente tales métodos de inversión de la realidad.  Pero algunos nazis fugados llevaron sus antiguas ambiciones antisemitas a países hoy en guerra con Israel y que intentan exterminar a su población judía.  Nazis encontraron asilo en Egipto y en países de habla árabe, sobre todo Siria.
La locura política de hoy, en otras palabras, está vinculada directamente a la de ayer. 

¿Se avergonzarán algunos de los anti-sionistas de hoy al darse cuenta de que su pensamiento es, al margen de lo reelaborado que esté, una variante de los engaños genocidas adoptados por Hitler, Himmler y Goebbels?  ¿Abandonarán entonces estos puntos de vista?

11 comments:

Carlos Orellana said...

Es un artículo bastante sesgado. Habría que reconocer primero que los británicos crearon los problemas actuales por despojar a los palestinos de los territorios que eran suyos para que se hiciera realidad Israel. Obviamente cada quien defiende lo suyo. La respuesta palestina puede ser vista como terrorista (en mucha medida lo es), pero el comportamiento del estado de Israel a veces se parece al de la Alemania nazi. Este problema es como los de la mayoría del mundo: un problema suscitado por extremistas tanto de derecha como de izquierda. Por Hamas y por Netanyahu, por ejemplo. La gente normal, mentalmente sana, quiere vivir en paz, reconciliada con el enemigo pero estos enfermos fanáticos arrastran a parte de las masas a la violencia homicida. Consultado Gandhi respecto de cual era el camino para la paz, el maestro dijo: No hay camino para la paz, la paz es el camino. He dicho.

Mario Pablo said...

Sesgado, demasiado sesgado el artículo, coincido en que todos los pueblos debemos y necesitamos vivir en paz, las guerras, promovidas por intereses subalternos y fenicios, nos han desgraciado y seguirán haciéndolo. Los millones de judíos asesinados y rusos exterminados por los nazis constituyen, hasta hoy, una herida vergonzosa para la humanidad. ¿por qué debe sufrir este hasta la fecha el pueblo palestino?

Aldo said...

Recordados ex residentes de la Isla San Lorenzo, cuando hablamos de Israel y Palestina tocamos una llaga imposible de curar.

Lo injusto es que con el apoyo de terceras partes se favoreció a unos y se perjudicó.

Como en todas situaciones de esta naturaleza, siempre esta presente una mano negra que mueve las
piezas para su interés y conveniencia.

Carlos Orellana said...

Dmitri va a decir que la mano negra soy yo. Así que me adelanto. Nada es imposible de curar, mi querido y gracioso primate. Judíos y palestinos deben perdonarse y empezar de cero. Claro, un arbitraje internacional que impida que los Netanyahus sigan en lo mismo. Si la paz no es posible entonces la única salida es la mutua destrucción, que por supuesto no solo los va a involucrar a ellos sino a Irán y las grandes potencias. La guerra no es un partido de fútbol.

Mario Pablo said...

Bien dicho, zorro negrín, algún día árabes y judíos convertirán el desierto en un paraíso y sus hijos jugaran juntos como hermanos; parece un refrito decirlo pero los pueblos no aman la violencia o las guerras, son los fenicios, dueños del mercado, los que las estimulan para seguir enriqueciéndose, a lo que dijo el barbudo: el capital viene al mundo bañado en sangre, agregaré: y hoy envejece sobre una pila de cadáveres

Carlos Orellana said...

El fenicio ya está a punto de levantarse, ponerse su buzo y salir a correr por el parque. Vecinos nuevos lo miran con admiración "fíjense ese hombre viejo que bien está, qué saludable se le ve". Los antiguos vecinos de la calle Pembrock dirían: "¡Como hace este viejo borracho para correr así! Será cierto lo que comentan, que es un vampiro."

Aldo said...

Paz entre judíos y árabes ?
Oigan cáifanes, primero se confesaria Pirincho con el cura, o el morocho pondria a remojar el nervio en formol antes que eso suceda.

La lógica, sensatez, el libre albedrío, no funciona en el Medio Oriente.

Moshe said...

Dmitri va a decir que la mano negra soy yo. La mano, el cuello, los brazos...todito eres negro.

Me levanto tarde despues de una ardua sesión de cata ayer en mi casa. Ocho vinos para lubricar la cena y discutir largo y tendido.

Los baisanos se comerán vivos a los ociosos árabes hasta el fin del mundo. Un problema de raíces historicas enrevesadísimas al que nunca se encontrará solución, creo yo. Odios ancestrales duros, parece imposible, de superar.

Carlos Orellana said...

Maqui y Draculín: imaginarse el futuro en esos términos es totalmente irracional, no sé si se han dado cuenta. No se puede seguir estereotipando el tema de Oriente Medio de ese modo. Como allí hay un odio primitivo, entonces no hay otra solución que la supervivencia de esa rencilla por secula seculorum. No es así. Las diferencias entre judíos y árabes tiene que resolverse si se quiere evitar una conflagración mundial.No se necesita tener más de dos dedos de frente para entenderlo. Si hay una 'solución final' eso supondrá no una guerra convencional, sino un choque nuclear con todo lo que ello significa. Se afectará, por supuesto la vida en todo el planeta. La catástrofe llegará a las puertas de la casa de Maqui en Washington DC, a la de mis hijos en Seattle y Florida, a la calle Pembrock en Wellington y por supuesto a este barrio que os vio nacer. ¿Tienen ustedes idea de lo que puede significar el uso de un artefacto nuclear y su respuesta también nuclear en Oriente Medio? Eso no es imposible cuando están de por medio ideologías fanáticas como el islamismo extremo y el nazi-sionismo. El conflicto árabe-judío ha tenido como consecuencia ya grandes guerras como la de Irak y la aparición de movimientos terroristas como Al Qaeda, que algún día hará explotar un pequeño artefacto nuclear en USA. De modo que no es simplemente una bronca entre Capulettos y Montescos, un tema de discusión bizantina que pueda ser maridado pr un buen vino neozelandés o californiano.

Carlos Orellana said...

Anoto que el estereotipo de árabe ocioso e israelí emprendedor y pujante, no solo es un vulgar prejuicio, sino un producto evidente de la ignorancia histórica y sociológica. Es como hablar del laborioso y emprendedor pueblo alemán. Cuidado con las observaciones de este tipo. Antes y después de la segunda post guerra la cultura alemana generó el milagro de la reconstrucción, pero hoy los jóvenes alemanes son tan ocioso como los árabes. No hablemos cojudeces, o sea generalidades de cantina.

Moshe said...

Echacatamente, morocho. Por tu dinamismo y fuerza de trabajo calificas como hebreo honorario. Mentiiiira.