Más infamia

COQgoebbels es de imaginación fecunda.  No en vano escribió los míticos discursos culebreros del nipón y hasta la letra del Ritmo del Chino.

Ahora más infamia.

Las locas aventuras del rabino Moshé (Parte II)

  Otras  ideas absurdas, delirantes lo asaltan en en medio de la soledad, cuando su ñori está ocupada en tareas de la casa o fuera de ella, como toda persona normal.  Una de esas ideas, que lo clasifican también como caso psiquiátrico, es la de llenar  una piscina y echar allí todas las botellas de vino de su bodega en una operación que le lleve varias horas no sé si de deleite o sufrimiento.  Dmitri piensa que  llevar a la realidad este proyecto, digno de un pobre orate,  lo obligaría a una gran adquisición de nuevos vinos y licores, cosa que hoy no puede hacer porque la patrona le ha dicho: “ni una botella más entra a esta casa, ya tienes abarrotada tu bodega”.  Y Dmitri desespera porque en el supermercado o en las ocasionales catas de vino o whisky a las que lo invitan debe quedarse con las ganas de comprar trago, su deporte favorito, su manía más arraigada.
    

  Llenar la piscina de todo el trago que tiene, sería entonces fantástico, según su afiebrada cabeza.  Pero además, piensa este loco, podría dar hermosas brazadas estilo mariposa en esa piscina inigualable, podría batir un record Guinnes y ser el perfecto borracho, aquel que en vez de empujarse un trago se sumerge en alcohol, cual un fruto a macerar.  

  Ese es un sueño largamente acariciado por él: dormir un sueño de Baco como una pasa o una cereza, macerado.  Hasta ha pensado en una botella gigantesca en la que, luego que tenga que salir de la piscina, pueda guarecerse embotellado, y ser exhibido a las amistades.
    

  ¿Díganme si un sujeto así merece estar lejos de un sanatorio mental?