Lectura juvenil

Una nota para conversar sobre libros que leímos de jovenes.  Ni Pinguino, ni Chepa cuentan.

En el colegio descubrí a Verne (20,000 leguas de viaje submarino, Miguel Strogoff, Viaje al centro de la tierra, De la tierra a la luna, Cinco semanas en globo y tantos más), a Dumas (Los tres mosqueteros, 20 años después, El visconde de Bragelonne, El hombre de la máscara de hierro y el inmortal El Conde de Montecristo), a Salgari (El tigre de la Malasia), a De Foe (Robinson Crusoe), a Swift (Los viajes de Gulliver), a Stevenson (La isla del tesoro), a Melville (Moby Dick), y otros autores de novelas de acción.  Recuerdo una copia vieja que había en mi casa de Las mil y una noches.

De estudiante universitario me puse de acuerdo con mis hermanos y cooperamos para comprar los títulos de la colección Salvat.  Así pude leer por primera vez a Italo Calvino, Proust, Conrad, Simone de Beauvoir, Delibes, Cela, Balzac, Wilde, entre otros autores.   

Por ser admirador del boom latinoamericano he leído a Cortázar, Onetti, Bioy Casares, el amigo íntimo de COQ y Nobel como él, Vargas Llosa, García Márquez, Fuentes, Rulfo, Lezama Lima (que jamás pude terminar) y Roa Bastos.

En ese tiempo leí a Mariátegui, a Gonzáles Prada y descubrí la novela rusa (Gogol, Gorki, Tolstoi, el increíble Dostoievski, y Solzhenitsyn).  Lo mismo puedo decir de Arguedas (Todas las sangres, El zorro de arriba y el zorro de abajo), más no de Ciro Alegría, quien nunca me gustó.  Mi admiración, casi devoción, por Borges data de entonces.

Cuenten amigos, ¿qué libros fueron sus preferidos?