!Que tal marabunta!
Los parlamentarios somos honestos |
Según denuncia del programa Panorama, el congresista y otorongo fujimorista Aldo
Bardález utiliza a una empleada de su despacho para labores domésticas de su madre en Moyobamba. Se trata de Elina Yépez Carrillo, quien en teoría fue contratada para atender la oficina del fujimorista, pero que labora como
chofer y empleada de la madre del parlamentario, María
Rosaura Cocharne, de 65 años.
“Ingresó
a trabajar como técnico con sueldo compartido. A partir de las seis de la tarde ella empieza a andar con mi señora madre, pero yo desconocía eso”, declaró a RPP Noticias.
Indicó
que acudirá a las investigaciones que haga el Congreso de la
República. “Acabo de cursar un documento a mi bancada informando que aceptaré la investigación”. Dijo que desde que se enteró de la denuncia despidió a Yépez. “Le quité mi confianza y ya no trabaja conmigo”, aseguró.
4 comments:
Aprista, pepecista, fujimorista o el que sea el color politico del parlamentario, parece que no hemos cambiado mucho.
Este ladron deberia ser expulsado, pero todo se arreglara a puertas cerradas. El pobre diablo Bardalez apenas masculla el idioma y su elocuencia es incipiente.
Otras vez Andres ?
Asi juega Peru Senores, y asi ha jugado desde que se creo el Congreso.
Para estos Padres de la Patria, los sufridos electores solo son sus entenados.
Este otorongo tiene que pedirle a COQimori, asesor de Fuerza 2011, que le escriba un discurso bonito.
La biblioteca de San Marcos estaba repleta de gente. Mario,
todavía estudiante, encontró un lugar al lado de una llamativa morena y le preguntó en voz baja:
-¿Está desocupado? ¿Puedo sentarme a tu lado?
La chica le respondió en voz bien alta:
-¡No quiero pasar la noche contigo!
Todos los que estaban en la biblioteca le clavaron la mirada, se sintió avergonzado y retiró a otra mesa donde había un asiento libre.
Luego de unos minutos, la chica se encaminó a la mesa de Mario y le susurró:
-Estudio psicología y sé perfectamente lo que piensa un hombre. Te hice sentir avergonzado, ¿verdad?
Mario le contestó en voz alta:
-¿$5,000 por una noche? ¡Es carísimo!
Todo el mundo clavó la vista en la morena que estaba shockeada. Entonces Mario le dijo al oído:
-Estudio abogacía y sé cómo hacer sentir culpable a una persona.
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