12 January 2016

Un trabajo honesto

Todo es posible en la vida: hasta conseguir un trabajo honesto.


(Agencia Tokio)  Keiko Fujimori, la hija del dictador Alberto, después de infructuosos intentos  por conseguir chamba, por fin pudo cumplir su anhelo de ser útil por primera vez a la sociedad peduana.

Entusiasta envió a una serie de empresas, bodegas y gasolineras su magro ridiculum donde decía tener experiencia como “animadora de Palacio de Gobierno (1994-2000)” y actriz de reparto en la serie “Congresista bamba (2006-11)”.  No obstante, ningún puesto de tamales serio y responsable la quería como empleada.  “La verdad es que busco chamba porque quiero tener plata para mi campaña.  Las polladas y las rifas no me ayudan a lavar el dinero, digo a conseguir más fondos”, declaró. 

Toda esperanza estaba perdida hasta que Keiko descubrió que tenía habilidad para forrar regalos y hornear pavos.  “Me acordé que mi padrino Carlos Orellana, mi tío Vladi y mis amigos del Grupo Colina me habían contado cómo ellos forraban los cadáveres de los rojimios tirapiedras.  Los metían a bolsas de basura y luego los enterraban en cualquier hueco en algún arenal.  Pero antes de enterrarlos los quemaban para borrar toda evidencia.  

Ahí me di cuenta que mi vocación es hornear pavos y terrucos. 

3 comments:

Moshe said...

Viva la futura presidenta, viva Belvedere.

tenorio4545 said...

¡Acuña carajo!

cvalqui said...

Me sorprende la coherencia y sensatez de Velorio..

Un aplauso al despertar de la inteligencia.