Lo prometido es deuda, así que cumplo con iniciar una serie de notas sobre las ciudades visitadas durante las últimas seis semanas.
Empezamos en Madrid, ciudad a la que volvía después de veinte años.
Qué puedo decir: una hermosa capital europea, centro cultural y gastronómico de primer orden. Tuve la fortuna de pasar una semana completa entre los museos El Prado y Thyssen (ambos extraordinarios), además del Palacio Real, la Biblioteca Central, el Museo del Libro, y cenar en tabernas y restaurantes no precisamente turísticos. Madrid, ciudad de maravilla.
Qué puedo decir: una hermosa capital europea, centro cultural y gastronómico de primer orden. Tuve la fortuna de pasar una semana completa entre los museos El Prado y Thyssen (ambos extraordinarios), además del Palacio Real, la Biblioteca Central, el Museo del Libro, y cenar en tabernas y restaurantes no precisamente turísticos. Madrid, ciudad de maravilla.
Incluyo algunas de las muchísimas fotos que tomé.
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| En la Puerta del Sol |
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| La Plaza España |
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| El Palacio Real |
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| Jamones |
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| La Plaza Mayor |
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| En el restaurante La Paella de la Reina |
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| Cocido en La Bola |
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| La Puerta de Alcalá |
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| Plato de Ibérico (Pata Negra) y Manchego |
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| La Paella de la Reina |
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| Un tesoro gastronómico: El Museo del Jamón |
2 comments:
Por mi madre, sáceres, jijunais, sólo sampietri o fumado uno puede invertir tanto billete para degustar caviar, es el colmo, como dice Aldo, tan alto precio alcanza para alimentar cuchucientas bocas por ene días, no jodan hueverengues y pidan su papa a la huancaína, un chaplita, queso de cabra, lomo saltado de gato, berenjena frita y demás exquisiteces.
Carlitros, tu indicada día y hora para conversar con el místico, santón y siempre querido Cajón de horrores.
Desde Baires este chontril reporta, toca conversar con gente metida en los Proyectos Inocente de EUA y América Latina, e interesada en hacer menos bestial o errada la justicia penal. Ya les contaré a mi regreso a Limonta
Doctor, empujese un buen bife de chorizo con papas souffle en El Palacio de la Papa Frita en la calle Florida. Despues un cafe con Dulcoril para mantener la silueta. El que puede, puede. Provecho.
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