Un tiburón de primera magnitud: Vladimir Putin, tirano ruso.
El presidente ruso liberó al magnate petrolero Mijail Jodorkovski antes de los juegos olímpicos de Sochi en un avance de la política exterior con la que pretende lavar su imagen.
Jodorkovski, el artífice de Yukos, la mayor compañía petrolera rusa, tenía grandes proyectos, cuando fue capturado por un comando de Spetznaz el 25 de octubre de 2003. Durante estos años pasó por cárceles en Moscú, Siberia Oriental y Karelia, más se negó a pedir clemencia o considerarse culpable.
La llegada de Putin al poder el 2000 alteró las relaciones entre el Kremlin y los oligarcas rusos. Los más rebeldes como Vladimir Gusinski tuvieron que exiliarse, pero Jodorkovski creyó que podía crecer el imperio económico que ya tenía.
En febrero 2003, en una reunión, Jodorkovski le dijo que el momento de atacar el problema de la corrupción había llegado. Putin le advirtió que no podía tirar la primera piedra, pues Yukos tenía también trapos sucios. Aquel choque fue clave para el futuro del millonario.
Putin emplea una mezcla de tradiciones comunistas y cristianas. “Se orienta a la parte menos evolucionada de la población, creyente de la propaganda soviética sobre Occidente, e intentará entorpecer el camino de Ucrania hacia Europa”, afirma Víctor Sheinis, uno de los padres de la Constitución rusa.
2 comments:
Algunos se derriten de amor por este gobernante de mano dura. Hay de todo en este mundo.
La cara de Putin, me recuerda a la de Moshe con una ingesta de BELDEVERE, de todo un día sin parar.
Lo que se hereda, no se hurta. Bien Moshe. Que gusto saber que
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