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Para el inolvidable Colegio La Salle |
RECUERDO A PETRONILA
Tengo necesidad de llamarte cada vez que en la mañana
me levanto y desayuno,
abordo el movimiento del planeta
desde los periódicos sobre mi mesa,
riendo a veces por sobre el pan y el queso,
del ritmo de la historia.
Tomo tus recuerdos, Petronila, del viejo lado
de las necesidades primarias
como sentir tus nalgas sonriendo
y deambulando hacia la cocina,
tus palabras huecas y musicales,
tu lechosa presencia, Petronila, aventada por el amanecer.
LAS OBRERAS DESFILAN…
Las obreras desfilan
monótonas hacia los restaurantes
de comida barata. Desfilan
conversando de temas banales
-la longevidad de las medias
de lana-
mientras los obreros detienen
sus miradas sobre esas medias
de lana y conversan
de política, de Fujimori, y entonces sonríen.
Y yo,
caminando por estos suburbios,
ajeno a la rutina de las fábricas,
me pregunto por el destino de la poesía
castellana.
HISTORIA (1999)
Torpemente el Rasputín peruano ha ordenado
disparar sobre el hambre,
el descontento;
ha llegado la partera algo ebria, qué mujerzuela.
Los muertos yacen por todos lados,
aquí y allá trincheras,
vivimos con los pelos de punta
desde hace tanto tiempo
y todo por culpa del Doctor.
Tengo necesidad de llamarte cada vez que en la mañana
me levanto y desayuno,
abordo el movimiento del planeta
desde los periódicos sobre mi mesa,
riendo a veces por sobre el pan y el queso,
del ritmo de la historia.
Tomo tus recuerdos, Petronila, del viejo lado
de las necesidades primarias
como sentir tus nalgas sonriendo
y deambulando hacia la cocina,
tus palabras huecas y musicales,
tu lechosa presencia, Petronila, aventada por el amanecer.
LAS OBRERAS DESFILAN…
Las obreras desfilan
monótonas hacia los restaurantes
de comida barata. Desfilan
conversando de temas banales
-la longevidad de las medias
de lana-
mientras los obreros detienen
sus miradas sobre esas medias
de lana y conversan
de política, de Fujimori, y entonces sonríen.
Y yo,
caminando por estos suburbios,
ajeno a la rutina de las fábricas,
me pregunto por el destino de la poesía
castellana.
HISTORIA (1999)
Torpemente el Rasputín peruano ha ordenado
disparar sobre el hambre,
el descontento;
ha llegado la partera algo ebria, qué mujerzuela.
Los muertos yacen por todos lados,
aquí y allá trincheras,
vivimos con los pelos de punta
desde hace tanto tiempo
y todo por culpa del Doctor.